Poniendo un pasaje en perspectiva
Hay un texto Bíblico que causa mucha controversia hoy día y se relaciona con la apostasía y la manifestación del hombre de pecado de cara al día del Señor.
Debido a que la gente no tiene en cuenta la distribución de la frase, saca una conclusión errónea que tendrá una repercusión eterna importante en la vida de muchos.
Veamos:
“Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.
Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2:1-3)
El error se da por no tener en cuenta la distribución de los temas en la frase.
Como sabemos, los de Tesalónica pensaban que el arrebatamiento de la Iglesia había ocurrido y estaban asustados, creyendo que habían sido dejados para sufrir “el día del Señor”.
Pablo explica entonces ambos eventos.
Empieza por “la venida de nuestro Señor Jesucristo”, es decir, lo que se conoce hoy día como la “segunda venida”. Luego menciona “nuestra reunión con Él”, es decir, el arrebatamiento de la Iglesia para encontrarse o reunirse con EN EL AIRE.
A seguir, pasa a decir que no crean cualquier cosa que oigan y centra lo que dice a seguir en “el día del Señor”, del cual da detalles.
Todos los que estudiamos escatología, sabemos que no hay señales para el arrebatamiento pero sí los hay para la “segunda” venida o “día del Señor”/”día de Cristo”.
Por lo tanto, en este texto Pablo introduce las dos situaciones y luego se centra en el día del Señor, conocida en estos tiempos como segunda venida de Cristo.
Al hablar de ese día, dice que no vendrá el día del Señor sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre del pecado, también conocido como inicuo, hijo de perdición, anticristo, etc.
Es decir, claramente está dando dos hechos que ocurrirán antes que venga el Señor en la “segunda” venida.
Significado de algunas palabras
Si miramos en detalle algunas palabras, entenderemos mejor la distinción que hace Pablo entre los dos asuntos.
“Con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo”
Aquí, “venida” se expresa como PRESENCIA (3952 de Strong). Está hablando claramente de lo profetizado en Mateo 24:29-30, Mateo 25:31-46, Zacarías 14, Joel 2 y Apocalipsis 19, por ejemplo. En este caso, el Señor Jesús VIENE a la Tierra físicamente, rodeado de sus ejércitos, compuestos por ángeles y por la Iglesia. En ese momento, todo ser humano lo verá.
“Nuestra reunión con Él”
En este caso, la palabra utilizada es EPISUNAGOGUÉ (1997 de Strong) y significa reunirse o congregarse. Eso nos recuerda cuando Pablo dice en 1 Tesalonicenses que seremos reunidos con el Señor EN EL AIRE, diciendo: “seremos arrebatados… para recibir al Señor en el aire.”
“El día del Señor”
En este caso, el texto usa la palabra JEMÉRA (2250 de Strong), que se refiere literalmente a un tiempo y espacio de 24 horas. Así es como se describe “el día del Señor” en los pasajes que aluden a lo que conocemos como “la segunda venida”.
“Nadie os engañe”
Hablando del engaño en cuanto a este asunto, Pablo usa la palabra EXAPATÁO (1818 de Strong) que quiere decir seducir completamente.
“Se manifieste el hombre de pecado”
La Palabra utilizada para manifestarse es APOKALÚPTO (601 de Strong), que es la misma que da nombre al último libro de la Biblia. Significa quitar la cubierta, revelar, descubrir, manifestar. Es decir, habla de algo que existe, está ahí, pero que no se veía.
Reuniendo todo ello, podemos ver claramente que nuestra reunión con el Señor y el día del Señor son dos cosas totalmente distintas. Mientras que la primera se da en un abrir y cerrar de ojos, la segunda se da a lo largo de 24 horas.
Comparación
A seguir, veamos algunas diferencias a tener en cuenta entre el arrebatamiento, es decir, nuestra reunión con el Señor y la “segunda” venida, o sea, el día del Señor.
ARREBATAMIENTO | DÍA DEL SEÑOR | |
Jn. 14:2-3, 1 Co. 15:51-52, 1 Ts. 4:16-17, etc. | Jl. 1:15, 2:1, Ap. 6 a 18, Am. 5:18, Is. 2:12, 13:6, 12:9, Ez. 30:3, etc. | |
No se dan señales previas | Tiene muchas señales previas (Mt. 24, Mt. 25, Hc. 2:20, Ez. 38-39, etc.) | |
Ocurre en un abrir y cerrar de ojos
(1 Co. 15:51-52) |
Ocurre a lo largo de 24 horas (ver descripción en versículos citados) | |
Ocurre antes de que sea manifestado el inicuo y ocurra la apostasía (1 Ts. 2:1-3) | Ocurre después de que se manifieste el inicuo y haya una gran apostasía (1 Ts. 2:1-3) | |
La Iglesia es llevada a encontrarse con el Señor EN EL AIRE (1 Ts. 4:16-17) | El Señor Jesús pisa Tierra y viene acompañado de ángeles y de la Iglesia (Mt. 24, Zc. 14) | |
El Espíritu y la Iglesia están esperando ese encuentro con expectación. | Vendrá como ladrón en la noche porque no habrá fe en la Tierra. Nadie lo estará esperando (1 Ts. 5:2, 2 Pe. 3:10) | |
Es un evento privado entre el Novio y la novia (1 Co. 15:51-52 y 1 Ts. 4:16-17) | El Señor se muestra a TODA la humanidad (Ap. 1:7, Zc. 14, Jl. 2) | |
La Iglesia lo anhela y está atenta a la voz del Novio. Los que ansían por ese momento recibirán una corona por ello. (1 Tm. 4:8) | Nadie lo esperará ni lo deseará (Lc. 18:8) | |
Pablo dice que nos alentemos con esta esperanza (1 Ts. 4:18) | El mundo calificará este día como «terrible» e insoportable (Ap. 6, Jl. 2:11, Ml. 4:5) |
Un error muy peligroso
Acordémonos que en este contexto, Pablo usa la palabra engañar, con el mismo sentido que seducir. La seducción es lo mismo que el embrujo, que se da cuando alguien miente, llevando a otros al engaño.
Hoy día muchos están dudando de la promesa que dio el Señor Jesús a la novia de venir a buscarla para llevarla a vivir con Él EN EL CIELO. (Juan 14:2-3)
Muchos, leyendo este pasaje e interpretándolo mal, piensan que la Iglesia pasará por la gran tribulación, hasta que llegue el “día del Señor”.
Eso conduce a apostasía porque dice la Palabra que para ser salvos, debemos creer en Jesús. Jesús, al morir, dijo que la obra de redención estaba CONSUMADA, es decir, que el precio por nuestros pecados estaba TOTALMENTE pagado por Su sacrificio. La prueba de ello fue que Jesús resucitó. Es decir, Su sacrificio fue aceptado.
El que cree en esto, tiene vida eterna (Juan 3:16-19), mas el que no cree, tiene sobre sí la ira de Dios.
La gran tribulación es un tiempo en donde Dios derramará su ira sobre los que no han creído. Si Dios hiciera pasar a la Iglesia por ese tiempo, entonces estaría actuando en contra de Su propia Ley, que establece que los que creen están exentos de la ira. Pablo, entre otros, lo expresa de forma contundente: “Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.” (Romanos 8:1)
El haber creído y luego dejar de hacerlo, es apostatar.
Cuando alguien interpreta mal este texto del que tratamos, y pasa a pensar que la Iglesia pasará por la gran tribulación, confundiendo arrebatamiento con segunda venida, entonces acaba cayendo en apostasía. satanás lo habrá seducido y robado la bendita esperanza y la corona prometida a los que aman el arrebatamiento.
Resumen
La señal de la apostasía y la manifestación del hombre de pecado, es para la segunda venida, que será AL FINAL de la gran tribulación y no para el arrebatamiento, que se dará ANTES de la gran tribulación.
El orden por lo tanto es:
- Arrebatamiento para reunirnos con el Señor EN EL AIRE.
- Apostasía y manifestación del inicuo
- Día del Señor o segunda venida, que es el día en el que el Señor Jesús pisa tierra y todo ser humano lo verá
Mantén tu atención puesta en la Palabra de Dios, en Cristo y Su Espíritu Santo, que nos guardan y guían.
Cuidado porque los tiempos son difíciles y peligrosos y el enemigo siempre busca seducirnos con sus mentiras y manipulaciones de la Palabra.
Cuando leas la Biblia, presta atención a cada detalle y pide al Espíritu Santo que te aclare lo que no entiendes.
Cuídate de las redes sociales, donde muchos entran en pos de reconocimientos efímeros e incluso muchos agentes de satanás se disfrazan de “hermanos en la fe” para arrastrar a muchos a la condenación.
Hagamos lo mismo que el salmista, que dijo: “En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.” (Salmos 119:11)
Si esta enseñanza te ha edificado, compártela con la gente que te importa.
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