Un problema con una sola origen
En otros dos vídeos hablamos cómo se saquean los bienes de la humanidad para llevar a cabo un genocidio sin precedentes y también por qué los gobiernos toman malas decisiones.
En este vídeo hablaremos de esos que, según Apocalipsis 11:18, “destruyen la Tierra”. El juicio sobre esos individuos está mucho más próximo de lo que se imaginan.
Para entender el mundo que nos rodea, debemos siempre partir del punto en el que Lucifer quiso “ser semejante al Altísimo” y luego inculcó en el hombre la idea de “seréis como Dios”. (Isaías 14:14 y Génesis 3)
A partir de ahí, el pecado entró al mundo y seis mil años después estamos llegando al límite del tiempo que Dios ha permitido al hombre vivir para arrepentirse y creer en el Redentor, o ir a la condenación eterna.
El problema central del ser humano es esa rebelión que permitió que anidara en su corazón, queriendo ser semejante al Creador. Esa rebelión proveniente del orgullo, ha ido llevándolo a la auto destrucción.
Cuando la maldad llegue al auge que Dios ha determinado permitir que se practique, entonces Él intervendrá y las cosas cambiarán radicalmente y para siempre para todo ser creado.
¿Cómo hemos llegado a este punto?
Los reyes y los príncipes de la Tierra
Como hemos visto en anteriores vídeos, satanás ha sojuzgado este mundo por medio de la mentira, que es su arma principal y ha convencido a mucha gente a servirlo a cambio de poder y riquezas.
Algunos individuos e incluso clanes familiares, han recibido muchísimo poder y riquezas porque han llevado a cabo actuaciones de muchísima envergadura para el plan de satanás de llegar a “ser semejante al Altísimo”.
Esos individuos ni siquiera son conocidos para la mayoría de personas normales y trabajan desde las sombras de sus castillos y grandes empresas. Estudiando se pueden saber algunos nombres y algunas obras, pero componer el rompecabezas completo es harto complejo y exige mucho estudio y pesquisa.
Pero, Dios dijo que al final de los tiempos todo sería revelado y poco a poco se van sabiendo cosas.
En otros vídeos contamos que a esos individuos se les conoce en el ámbito rabínico como “erev rav”. Son lo que el Señor Jesús denominó como “sinagoga de satanás”, explicando que dicen ser judíos pero no lo son.
Para los efectos de este vídeo tomaremos como base el Salmo 2:1-5 y por ello nos referiremos a esos individuos como “reyes y príncipes de la Tierra”.
Eso no quiere decir que esos seres sean descendientes de casas reales en ejercicio. Muchas casas reales han perdido su influencia en el contexto y muchos de éstos tienen más poder que las casas reales. Así que, cuando nos refiramos a los “reyes y príncipes de la Tierra”, tendremos en mente que se trata de seres, personas o no, que están en la cúspide del poder y la riqueza en el mundo y que trabajan para imponer un “nuevo orden mundial”, que es el meollo del gobierno del anticristo.
El Salmo 2:2 dice: “Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido.”
Los conspiranoicos
Desde mediados del siglo 20, la CIA americana introdujo el término conspiranoico en el vocabulario popular, tratando con ello de desacreditar a los que destapan la podredumbre del sistema de poder que extorsiona a los pueblos.
Como no podían negar ni tapar las evidencias, pasaron a desacreditar al que denunciaba, para con ello hacer que la gente los ridiculizara o menospreciara, desechando el mensaje y con ello siguiendo en su ignorancia.
Pero, a día de hoy los conspiranoicos se han multiplicado, las evidencias se han multiplicado y los que han despertado del letargo también se han multiplicado. Evidencia de ello es que los agentes del poder mundial están implantando leyes durísimas contra lo que ELLOS determinan que es información falsa.
El problema que tienen en cambio es que sus fechorías son ya tan absurdas, dañinas y evidentes, que cada vez que intentan desacreditar a alguien tildándolo de “conspiranoico”, lo único que hacen es dar más credibilidad a los “conspiranoicos”, dejando claro quién dice la verdad.
Los conspiradores
Desde que la humanidad existe, existen también los conspiradores. Por ejemplo, Nimrod, llevándole la contraria a Dios, conspiró con los suyos para levantar una torre con el fin de hacerse un nombre y desafiar a su Creador.
El hijo de David, conspiró con sus allegados para usurparle el trono a su padre. Los líderes religiosos de Israel conspiraron entre sí para provocar la crucifixión de Jesús.
Conspirar en el diccionario, se define como “unirse contra un particular para hacerle daño y concurrir a un mismo fin.” Dicho de varias personas, significa “unirse contra su superior o soberano.”
Por lo tanto, negar que existen individuos que conspiran con sus colaboradores, es querer negar algo tan común y frecuente en la sociedad humana como respirar o caminar.
La mayor conspiración
Con ese marco en mente, volvamos a Lucifer, que era un querubín creado por Dios, el cual un día se enorgulleció, considerando que debería recibir adoración a causa de su hermosura.
A partir de ahí, pasó a hacer lo que la Biblia llama “contrataciones” y conspiró con muchos ángeles, arrastrándolos a su rebelión contra Dios. Al ser expulsado del cielo, pasó a conspirar con el ser humano.
El objeto de la conspiración no ha variado a lo largo del tiempo. Se trata de intentar ser “semejante al Altísimo”.
Considerando esto, no es difícil entender que lo que está haciendo ahora mismo en equipo con sus colaboradores humanos, es destruir la Tierra para tratar de crear una nueva sociedad y humanidad que le sirva perfectamente y en donde él sea el único a ser adorado.
Es decir, como dice el Salmo 2:2, conspiran unidos contra Jehová y Su Ungido, o Su Mesías.
El plan
El versículo 3 nos revela el plan de esos conspiradores: «Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas«.
Al rebelarse contra su Creador, Lucifer perdió su identidad, su propósito de existir y la vida, puesto que fue desconectado de la fuente de vida, que es Dios.
Por lo tanto, él quiere destruir la Tierra para crear una nueva, donde no dependan del Creador, origen de la vida, sino que él sea el que mantenga esa pseudo vida.
El enemigo de la humanidad sabe que no tiene más redención posible. Pero el hombre insensato que desea ser como Dios, no lo considera y, por ello, se embarca en el equipo de satanás y pasa a conspirar con él para rebelarse y tomar posesión de la Tierra, rompiendo así toda conexión con el Creador.
Lo que esos insensatos no tienen en cuenta es que, mientras vivan en esta Tierra, todavía pueden arrepentirse y alcanzar la misericordia y el perdón de Dios, por mucho que hayan pecado. Pero, como dice Isaías 14:17, satanás nunca abre la cárcel a sus cautivos.
Así que ellos deben ejercer su libre albedrío y someterse a Jesús voluntariamente por medio del arrepentimiento, si quieren librarse de esa prisión en la cual permitieron que satanás los aprisionara.
Transhumanismo, posthumanismo y singularidad
La propuesta de esos conspiradores a la humanidad es hacer una “cuarta revolución”, en donde el cuerpo humano será modificado, de modo que ellos puedan hackear la mente de cada persona y moldear su pensamiento, conectándolo a un sistema informático mundial.
¿Sería esa la bestia tecnocrática que daría imagen al anticristo?
Conforme esa propuesta de modificación del ser humano, las personas no podrán vivir fuera del sistema y, según los conspiradores, cuando el cuerpo se muera, esos individuos seguirán existiendo en internet.
Ese es el resumen de la ruta de transhumanismo, que es la modificación genética del cuerpo humano; el pos humanismo, que es un ser humano modificado que nunca volverá a ser un ser humano puro y la singularidad, según la cual se supone que la persona vivirá para siempre con su mente cargada en internet.
En esencia, la promesa es ser eterno, sin la vida eterna de Cristo. Se trata de transcender para siempre, desligado del Creador.
Muchos caerán en toda esa fantasía diabólica. Muchos ya han pagado con sus vidas por creer en la primera fase de este plan y permitir que les inocularan elementos ajenos al cuerpo humano.
Muchos están aceptando esas ideas, sin considerar la soberanía de Dios, claro está. Por eso conspiran junto a esos “reyes y príncipes” a fin de llegar a esa meta diabólica, donde el ser humano perdería toda capacidad de pensar por sí mismo y, lo más importante, de tomar la decisión de recibir al Redentor Mesías o no.
Los amotinados
El Salmo 2:1 habla de personas que se amotinan y de otras que piensan cosas vanas. Esos amotinados son las personas que a día de hoy se van dando cuenta de lo diabólico de esa conspiración y se están levantando en contra de ella.
Por eso hace más de 20 años, los gobiernos han estado cediendo soberanía a la ONU desmantelando ejércitos y poniendo sus recursos bélicos en las mal llamadas e inútiles “fuerzas de paz” de la ONU, mientras que en el país han estado formando cuerpos, llamados “de seguridad del Estado”, los cuales son entrenados para combatir al ciudadano.
Desde el sistema legislativo y judicial también se está combatiendo a los ciudadanos implantando leyes que suponen pesadísimas multas y cárcel a los que osen enfrentarse al sistema criminal organizado que conspira con satanás para imponer ese nuevo orden mundial del anticristo.
Asimismo, valientes que se dan cuenta de algunas cosas, se levantan y se enfrentan al sistema. Algunos ya han sido eliminados físicamente, otros laboralmente, siendo estrangulados en sus medios para sostener a sus familias. Otros han sido despojados de su capacidad de ejercer una profesión “incómoda para el sistema” y otros han sido amordazados en cuanto a comunicación.
Los que piensan cosas vanas
Como ya hemos hablado en este canal, existe una imposición feroz de un “pensamiento único”, que cada vez amordaza más a los que se amotinan contra este sistema genocida y diabólico. El campo de batalla más peligroso ha estado siendo el de la mente, porque con ella es que el ser humano ejerce el libre albedrío.
Por eso los globalistas han ido moldeando las mentes de los jóvenes y de otros no tan jóvenes, pero que son personas muy perezosas para informarse, instruyéndolos en “cosas vanas”.
Es el tipo de persona que se preocupa con si el presidente de una federación deportiva le da un beso consentido o no a una señorita, mientras que no le importa que el presidente de su país confabule con golpistas prófugos de la justicia, amigos de terroristas y otros especímenes por el estilo se unan para controlar el poder.
Esas personas no se molestan en pensar ni en enterarse de lo que pasa. Son personas terriblemente peligrosas para los que se amotinan.
¿Porqué?
Los familiares dela inquisición
Cuando la religión vaticana llevó a cabo la matanza indiscriminada de todo el que no comulgaba, literalmente, con sus ideas y exigencias, se apoyaron en unas personas a las que se les denominaba “la familia de la inquisición”.
Eran personas comunes que se prestaron a denunciar a cualquiera por lo que fuera que ELLOS consideraban que fuera una infracción a lo que imponía el catolicismo romano.
De ahí surgió el terror que tenía la población de lo que pensarían sus vecinos si los veían hacer o no hacer determinadas cosas. Por eso el pueblo español tiene tanto miedo al “qué dirá la gente”, que quedó en la cultura nacional.
Dentro de no mucho los hijos, nietos y vecinos serán otra vez “familiares de la inquisición”, solo que esta vez será muchísimo peor.
Los jóvenes que, en general no tienen prácticamente cultura y que son adictos al entretenimiento fútil y vacío, que buscan likes por tonterías que publican y que no tienen sentido de pertenencia prácticamente, servirán para ese papel.
Por ahora se les está adoctrinando en las agendas ideológicas del nuevo orden mundial en las escuelas. Dependen de empaparse de esa ideología para sacar nota y ser aprobados por el sistema. No entienden ni cuestionan el alcance o lo absurdo de lo que les están inculcando, pero saben que si se arriesgan a pensar distinto, el sistema y el entorno los van a castigar con el rechazo del grupo.
Así que ese joven o niño que oiga a sus padres, tíos o abuelos comentar algo que vaya en contra, o cuestionen el pensamiento único impuesto por el sistema, se sentirán amenazados e incómodos y, cuando se les interrogue en la escuela o donde sea, contarán todo, sin siquiera entender la gravedad de lo que hacen contra sus parientes. Tampoco se darán cuenta que denunciando a sus padres, por ejemplo, serán quitados de su custodia y protección y entregados al sistema. A partir de ahí serán presas fáciles que serán utilizadas hasta que no se les pueda sacar más beneficio. Entonces serán descartados como basura.
Esto recuerda una frase famosa que dice que “Roma no paga traidores”. Acordémonos que el gobierno del anticristo es el imperio romano revivido. Por lo tanto, su desprecio por los que piensan cosas vanas y se hacen traidores de sus más allegados es total y, cuando los usen para delatar a los disidentes, eliminarán a los delatores sin piedad.
En el tiempo de la Gran Tribulación eso será una constante. El mayor peligro de las familias vendrá de esos que “piensan cosas vanas”.
¿Es demasiado fantasioso?
No. Lo hemos visto en menor medida durante esa “emergencia sanitaria” a la que hemos sido sometidos en todo el mundo. Mateo 24:10 dice de ese tiempo en el que los delatores colaborarán con el sistema: “Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.”
¿Qué hará Dios al respecto?
En Salmos 2:4-5 leemos: “El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira.”
Si bien por un corto tiempo esos conspiradores llevarán a cabo sus planes y devastarán la Tierra con los que no recibieron a Cristo, Dios ya tiene establecido su destino.
Según la Biblia, la Gran Tribulación dura siete años, ya que se trata de la última semana de Daniel, contando semana como periodo de siete años.
Durante ese tiempo, los que hayan rechazado a Cristo pasarán por eso que el Señor Jesús calificó como un sufrimiento como nunca lo ha habido ni lo volverá a haber. Eso ocurrirá por este gobierno tiránico que, por permiso del Señor y como uno de Sus 21 juicios, oprimirá a la humanidad. Además de ello, esas personas sufrirán otras situaciones terribles decurrentes de la ira de Dios por rechazar al Cordero Redentor.
Pero llegará el momento de aplicar el debido castigo a éstos que destruyen la Tierra, como hemos visto en Apocalipsis 11:18. El terror que sentirán esos “reyes y príncipes” que conspiran contra Jehová y Su ungido será tal que dirán “a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”
En Apocalipsis 19:17-18, cuando se describe el día del Señor, dice Juan: “Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.”
Un alerta urgente
El arrebatamiento de la Iglesia está a punto de ocurrir. Pero mientras eso no pase, hay oportunidad para el arrepentimiento y el perdón de Dios. Eso se aplica a TODO ser humano: sean del pueblo común o “reyes y príncipes”.
No existe un solo pecado que la sangre de Cristo no pueda borrar, si la persona se arrepiente de sus pecados y le pide perdón a Dios, clamando por la redención.
Cuando sea arrebatada la Iglesia, esa puerta se cierra y será muchísimo más complejo arrepentirse y será imposible esquivar la ira de Dios.
Como le dijo Pedro al pueblo en Jerusalén la primera vez que les predicó lleno del Espíritu Santo, así dice el Señor a todo el que haya conspirado contra Él o colaborado con los conspiradores: “arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.” “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”