El Nuevo Orden Mundial, sistema que trabaja desde hace mucho para implantar el gobierno del anticristo, opera en muchos frentes para sojuzgar a la humanidad, esclavizándola bajo un pensamiento impuesto por las élites del poder.
Una de las cosas más sutiles que ha hecho, ha sido ir cambiando el sentido de las palabras, porque la forma como pensamos es la forma como actuamos.
Si tenemos una comprensión errónea de las palabras, tomaremos decisiones erróneas, porque nuestro concepto parte de una base equivocada.
Una de esas manipulaciones es llamar «verdad» a la «percepción». Una vez se ha hecho a la gente pensar que «percepción» era «verdad»: se introdujo la idea ampliamente aceptada de que «no existe verdad absoluta, sino que todo es relativo». Dentro de esa falsa premisa, se dice que cada uno tenemos «nuestra verdad» y que «toda verdad es digna de ser respetada y aceptada».
Pero, ¿es así?
El diccionario define «percepción» como: sensación interior que resulta de una impresión material hecha en nuestros sentidos.
La «verdad» es definida como: propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.
Por lo tanto, la percepción depende de cómo captan los sentidos de una persona un hecho, mientras que la verdad es la que es y tiene la propiedad de no variar y no poder ser negada racionalmente.
Sabemos por la Biblia que nuestros sentidos pertenecen al ámbito carnal, humano, que el corazón es engañoso más que todas las cosas y que no lo conocemos. (Jeremías 17:9) Cualquier persona sabe que los sentimientos no son una buena base para tomar decisiones, porque son volátiles y dependen de circunstancias, estados de ánimo, del marco de referencia que tenemos, etc.
Nuestra percepción de las cosas depende mucho de la cantidad y calidad de información que tenemos sobre algo, de cuánto entendemos de lo que sabemos, de cuánto afecta nuestros sentimientos una determinada situación, etc.
Por eso una percepción no es sólida ni fiable y no puede tener el mismo rango de la verdad inmutable.
Jesús dijo: «Yo soy la verdad». Jesús es Dios y por lo tanto, inmutable. Mientras que solo existe una verdad, que es Cristo, el Verbo de Dios, existen tantas percepciones como personas, y ello multiplicado por cada situación de la vida.
Cuando alguien acepta la idea de que sus percepciones se definen como verdades, acaba confiando en una base que no tiene solidez y eso lleva a error.
¿Qué importancia puede tener esa «pequeña» confusión?
La primera consecuencia de no tener una base sólida común, la verdad, es que se implanta el caos. Si una persona tiene una percepción sobre algo y la otra persona tiene una percepción distinta, empieza el conflicto. Si pensamos erróneamente que cada percepción es una posible verdad, y por lo tanto, inamovible, ¿qué hacemos si las dos percepciones son conflictivas? ¿Pueden dos percepciones ser contrarias y a la vez inmutables? ¡¡Claro que no!!
Cuando el caos se implanta, la sociedad o el individuo es presa fácil de la manipulación. Si en una sociedad no hay una verdad absoluta, cuando los intereses individuales entran en conflicto, empiezan los problemas sociales, porque se cae en las garras de gente que sabe manipular las «percepciones» individuales llevando a la gente a pensar de una determinada manera.
La Biblia, que es la Palabra/Verbo de Dios, nos dice: «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.» (Romanos 12:2)
La palabra conformar significa tomar la forma o ajustarse a algo. Pero tiene además una definición interesante de cara a este contexto. Dice el diccionario sobre conformar: reducirse, sujetarse voluntariamente a hacer o sufrir algo por lo cual se siente alguna repugnancia. Darse por satisfecho con algo.
Podríamos parafrasear el texto Bíblico así: «No toméis la forma, no os sujetéis, no os reduzcáis o sujetéis voluntariamente y no sufráis algo u os deis por satisfechos con este siglo/este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.»
Debemos acostumbrarnos analizar lo que se te dice y a cuestionarlo. Puesto que la verdad es inmutable y no se puede negar racionalmente, no hay problema en que sea analizada y cuestionada, porque prevalece por sí misma; porque es como una roca que no se puede desplazar.
La Verdad ES.
El sistema establecido nos enseña a tener miedo a cuestionar, porque las percepciones, puestas bajo la luz del cuestionamiento, no permanecen en calidad de verdad.
La verdad no tiene problemas en ser cuestionada, porque la Verdad ES.
Cuestiona todo lo que se te plantee. La Verdad prevalecerá. Solo ten cuidado que no estés basando tu cuestionamiento en tu percepción/sentimientos y sí en la Verdad.
Pedro entendió la profundidad de esta idea. En un momento en el que todos cuestionaban al Maestro, Éste les dio la libertad de irse, pero Pedro comprendió que Jesús era esa Roca Eterna inmutable e inconmovible, LA Verdad, y le contestó: «¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.» (Juan 6:68)
En ello fundamentó su vida y por ello vivió y murió y su vida impacta a todas las generaciones por todo el mundo, hasta el día de hoy.
Ten el valor de decidir por qué vivirás y por qué morirás. No dejes que la manipulación de masas del Nuevo Orden Mundial te diga qué tienes que decidir. Busca la Verdad y vive por ella.