Una vez, en un debate previo a las elecciones presidenciales en España, el candidato del PSOE (Partido Socialista Obrero Español, de supuesto centro-izquierda), Pedro Sánchez, le dijo al entonces presidente y también candidato, Mariano Rajoy, del PP (Partido Popular, de supuesto centro-derecha)*, que para ser presidente del país, hay que ser decente y que Rajoy no lo es.
Se levantó una polvareda impresionante en todos los ámbitos. Lógicamente hubo un gran victimismo de los compañeros de Rajoy del PP.
Al margen de preferencias políticas, que no va de esto la reflexión, consideremos los hechos a la luz de la Biblia, que de eso se trata.
Antes, unos antecedentes para aquellos lectores que no viven en España y que no están familiarizados con el fondo de lo que le dijo Sánchez a Rajoy. Según evidencias que todo el país conoce:
- El PP, ha saqueado España durante los últimos 30 años
- Ha creado una estafa inmobiliaria, mediante la cual ha enriquecido a sus amos, los banqueros, a los empresarios del tiempo del dictador Franco y a sí mismos, hundiendo al país en la miseria
- Ha llevado al país a endeudarse, esclavizándolo a la tiranía del cartel de banqueros internacionales
- Se ha financiado ilegalmente
- Ha defraudado la Hacienda Pública
- Ha despilfarrado dinero público de forma ostentosa y sin pudores
- Ha privatizado los sectores más importantes de la vida del país, enriqueciendo más todavía a sus amigos «empresarios», algunos de los cuales están en prisión y otros van camino de.
- La banca ha estafado a ancianos jubilados, robándoles los ahorros de toda la vida por medio de una mentira llamada «preferentes». No lo habría podido hacer si al frente de esa banca no estuvieran los mayores exponentes del PP.
- Universitarios españoles se van del país o mendigan en la calle y trabajadores merodean por cubos de basura, porque el PP ha transformado los empleos en esclavitud laboral.
- Los jubilados están pasando hambre porque, mientras que el PP ha permitido aumentos absurdos en el precio de la electricidad, las pensiones han aumentado la escalofriante cifra de 0,25% al año. Los abuelos están manteniendo a hijos y nietosCon pensiones pírricas.
- El Tribunal Supremo ha sentenciado que el partido es corrupto; o partido como estructura.
Así podría seguir y escribir una enciclopedia. Pero creo que para el lector de fuera de España, queda claro que decir que Mariano Rajoy no es decente, es ser demasiado suave y comedido.
Mariano Rajoy personalmente ha estado apoyando a un delincuente en la cárcel, ha mentido en el mismo Congreso de los Diputados y ha hecho muchas más cosas que serían motivo para una expulsión fulminante del cargo de presidente del país.
¿Por qué, pues, la gente se ha ofendido tanto cuando Sánchez le dijo a la cara a Rajoy que no era decente?
Por algo que se llama la «nueva tolerancia».
En la base de la «nueva tolerancia» no se tolera lo «políticamente incorrecto» y decir la verdad es «políticamente incorrecto».
No puedes hoy día llamar a las cosas por su nombre, o te caerá la ira de la sociedad encima.
No puedes decir que una persona es ADÚLTERA, sino que tiene una «amiga». Tampoco alguien es un LADRÓN porque ha robado algo, sino que «se ha apropiado indebidamente de lo que no le pertenecía».
Las personas ya no MIENTEN, sino que «faltan a la verdad» y cuando se ENGAÑA a la gente, se está «diciendo algo que no es cierto».
Podría seguir y seguir con ejemplos, pero seguro que en todos los países del mundo se da este «fenómeno» (ENGAÑO), puesto que es parte de esa doctrina de la «nueva tolerancia»; esa «neo lengua» (LENGUAJE ENGAÑOSO; MENTIROSO) que nos ha impuesto el Nuevo Orden Mundial en el paraguas de la «Guerra Silenciosa».
Todo ello se usa para manipular y tergiversar; confunde nuestra percepción de los hechos. Esto es parte de la manipulación de masas (mind control o control mental) a la que nos someten diariamente los agentes del Nuevo Orden Mundial.
¿Con qué fin lo hacen?
El propósito es confundirnos y hacernos perder el sentido real de las palabras para que no podamos formular pensamientos y llegar a conclusiones que para ellos serían peligrosas.
Por eso usan términos como «desaceleración económica» o «crecimiento negativo», cuando se refieren a ECONOMÍA EN DESCENSO. Hablan de «reconversión de un sector laboral», cuando quieren decir DESPIDOS MASIVOS Y DESTRUCCIÓN DE EMPLEOS.
Volviendo al ejemplo de la INDECENCIA de Rajoy, ¿por qué es tan ofensivo hablar con las palabras apropiadas? ¿Por qué incluso los que están enfadados con ese individuo, se ofendieron porque Sánchez dijera que no era decente?
Porque cuando Sánchez aludió a las acciones de Rajoy y sus colegas de fechorías, tocó un tema que afecta a todos, independientemente de sus convicciones políticas: LA EVIDENCIA DEL PECADO.
Lógicamente Sánchez sabía lo que hacía y su partido también tiene algún que otro fantasma indecente en el armario, pero sabía que tocaría algo que haría saltar a toda la sociedad y lo usó porque necesitaba «hacer ruido» (PROVOCAR ESCÁNDALO), para atraer a los votantes que le estaban quitando otro partido de izquierdas.
Quedó claro que para la sociedad era más grave y ofensivo decir la verdad, que el hecho de que Mariano Rajoy no es decente y que por lo tanto no merece gobernar el país.
Esta sociedad es producto de una enseñanza muy importante de la «Guerra Silenciosa» y es que no asume responsabilidad por sus actos y por lo tanto no tolera (Nueva Tolerancia) que se le muestre sus «errores», «fallos» (PECADOS), etc.
Por eso se ofendieron todos.
Es importante para satanás que el ser humano rechace vehementemente el tener que enfrentarse a sus responsabilidades por sus decisiones pecaminosas, porque la Biblia dice que:
«El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.» (Proverbios 28:13)
«Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.» (Hechos 17:30)
«Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.» (1 Juan 1:9)
Dios no nos dice: «Oye, si os parece bien, podríais sentiros mal con los errores que han ocurrido en vuestras vidas» (como si los errores surgieran por generación espontánea), sino que nos MANDA arrepentirnos.
Para arrepentirnos, tenemos que asumir nuestra responsabilidad por nuestros actos, en vez de enmascarar nuestros pecados con palabras que tergiversan el significado de lo que hemos hecho.
Luego pasa lo que ha pasado en las elecciones españolas: Mariano Rajoy, el indecente que no merece presidir la nación, ha vuelto a ganar mayoría de votos. Eso quiere decir que la mayoría de los votantes pasa por alto la gravedad de lo que ha hecho ese hombre y su partido, y le sigue apoyando. Eso quiere decir que tan indecente es el que lo ha hecho, como el que lo apoya, según Dios (Romanos 1:32).
Si no entendemos la gravedad de ADULTERAR, MENTIR, ROBAR y SER INDECENTE, entonces difícilmente nos arrepentiremos. Por cierto, ARREPENTIRSE es totalmente distinto a «sentirse mal».
ARREPENTIRSE es reconocer que hemos infringido la Ley de Dios y hemos PECADO contra Él.
A raíz de esa conciencia, decidimos abandonar el pecado y apartarnos de él, PIDIÉNDOLE PERDÓN A DIOS y a quienes hemos dañado.
No caigamos en la trampa de tergiversar nuestro lenguaje, como si haciéndolo pudiéramos borrar nuestra responsabilidad por nuestros pecados, porque en el momento en el que nos presentemos delante del Creador – Y TODOS LO HAREMOS – llamarle «fallo» al PECADO que llevó al Hijo de Dios a una muerte horrible en la cruz, no nos librará de la condenación eterna.
Las cosas se solucionan, identificando la raíz del problema y no tapando los síntomas. Los médicos curan un tumor, identificándolo, localizándolo y extirpándolo y no ocultándolo y llamándolo «protuberancia atípica».
Meditemos en lo que nos dijo el Señor Jesús: «Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.» (Mateo 5:37)